Transquilombo: este es el apodo cariñoso del camino de difícil acceso que conecta a todos los quilombos con la orilla sur del río Maicá. Debido a ello es que, dejando el quilombo de Bom Jardim, se puede llegar a Tiningu en unos minutos. Y es en Tiningu donde se encuentra Bena, o mejor: Raimundo Benedito da Silva Mota, un personaje histórico en la región – Sigo el liderazgo quilomboba desde que tenía 15 años, hoy tengo 60, ya se van 45 años de lucha. Actualmente, Bena es presidente de la Asociación de Remanentes de Quilombo Tiningu y vicepresidente de FOQS (Federación de Organizaciones de Quilombola en Santarém).
45 años: Bena vio el mundo ir, venir, volver y seguir donde está, por esto habla con calma. Y también recomienda tenerla – Esta es un área para los que escaparon de los cuartos de esclavos; es preciso tener paciencia con el momento histórico. La comunidad Tiningu existe desde 1844 – tiene 176 años- y fue solamente en octubre de 2018 que Incra publicó en el Boletín Oficial de la Unión el reconocimiento y demarcación de la comunidad. La burocracia de los blancos retrasó casi dos siglos – y todavía hay un último paso para el título final: la firma del Presidente de la República. Él, Jair Bolsonaro, el mismo que dijo – He ido a un quilombo. El descendiente africano menos delgado de allí pesaba siete arrobas. No hacen nada. No creo que ni siquiera que sean útiles para la procreación, y también – En lo que a mí respecta, todos tendrán un arma de fuego en casa, no habrá una pulgada demarcada para una reserva indígena o quilombola. Obviamente, estos discursos racistas resuenan en las estructuras del Estado brasileño: la asignación de recursos públicos para la titulación de los territorios quilombolas cayó en más del 97% en los últimos cinco años.
Esta es la primera historia del reportaje: “¿Qué pasa realmente en la Amazonía?”. Vea otros contenidos:
INTRODUCCIÓN
Parte 1 (página central): ¿Qué pasa realmente en la Amazonía?
Parte 2: ¿Quién se ve favorecido con las respuestas de Bolsonaro a los incendios?
Parte 3: El “ganar-ganar” de las empresas con la financiarización de la naturaleza
Parte 4: Por fin, ¿quién está detrás de estos crímenes?
HISTORIAS
1) El asedio explicado en un mapa
2) Un puerto atrapado por el río
3) Antes de que el puerto llegue (si llega), ya han llegado los impactos
4) [usted está aquí] Centro de sanidad y escuela quilombola: la lucha cambia la vida
5) Curuaúna: por un lado, soja. Del otro, más soja
Aun así, Bena no pierde su paciencia: ¿qué son cuatro años, o un puñado más, frente a siglos de resistencia? – El tío Babá, me contaba historias, tenía 108 años. Y Bena aún hoy mantiene viva la tradición oral, cuenta y vuelve a contar las historias de Tiningu. Recuerda los días en que sus vecinos y familiares tuvieron que irse porque los niños sufrían de anemia y no había ningún puesto de salud cerca; entonces era necesario remar por casi dos horas hasta llegar a Santarém, pero a los adultos también les faltaba fuerza porque carecían de comida, independientemente de la edad, tampoco había acceso a la educación: así todos marchaban a Santarém, para vivir en la periferia de la ciudad, dejando atrás su cultura y su rincón en el mundo.
Hasta que un día ellos regresaron, y regresaron porque valía la pena regresar, y luego las familias dejaron de ir. Todo sucedió debido a la organización de la lucha quilombola, iniciada por el propio Bena quien, durante un seminario en Belém, se descubrió quilombola: allí escuchó sobre los estudios del territorio de Tiningu y su historia, los mismos comprobaban que esta región era un área de descendientes de antiguos esclavos. Bena trajo esta información a la comunidad y se sorprendió: muchos de sus vecinos negros se negaron a ser llamados quilombolas, reproduciendo un discurso de prejuicio contra esta población.
En la primera reunión convocada para discutir sobre este tema, solo aparecieron 17 familias – incluyendo la de Bena, su hermano, sus padres y sus tíos. Pocos. Pero pasó el tiempo, la lucha continuó y la asociación quilombola consiguió, después de mucho presionar al ayuntamiento de Santarém, recursos para un puesto de salud y una nueva escuela, ahora ellos también cuentan con una escuela primaria, antes solo había una guardería en la región. Así, hoy en Tiningu, 90 familias se llaman quilombolas y esperan con orgullo el título de sus tierras, una medida que traerá seguridad a la comunidad en los conflictos con los agricultores locales.
Conflictos con agricultores locales: corte en el acceso al agua y asesinato
Uno de ellos, un vecino del quilombo en un terreno más alto, afirmando poseer el arroyo que existe entre sus tierras y el quilombo, cortó el acceso al agua para toda la comunidad. Incluso el centro de salud quedó sin suministros y tuvo que parar con sus atendimientos. El caso fue judicializado.
En nombre de la memoria de su pueblo, Bena cuida muy bien del cementerio local: área que estaba siendo disputada por otro hacendero, que tuvo que ceder debido a la importancia histórica del espacio. Ahora la tierra de esta hacienda está cortada por un cementerio donde las lápidas suman cuerpos e historias de lucha. Es ahí donde Bena recuerda otro caso reciente: el cuidador de una otra hacienda, en un conflicto de poca explicación, asesinó a uno de los quilombolas, supuestamente después de una pelea. El asesino hasta hoy sigue fugado.
Respecto a la memoria, Bena nos cuenta un plan: transformar la vieja escuela en un museo de la historia de los quilombolas de la región. Finalmente el registro oral del tío Babá obtendrá una preservación histórica y así ya nadie olvidará que la lucha cambia la vida.
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Lea también las partes 2, 3 y 4 de la introducción:
– ¿Quién se ve favorecido con las respuestas de Bolsonaro a los incendios?
– El “ganar-ganar” de las empresas con la financiarización de la naturaleza
– Por fin, ¿quién está detrás de estos crímenes?
Y las historias:
– El asedio explicado en un mapa
– Un puerto atrapado por el río
– Antes de que el puerto llegue (si llega), ya han llegado los impactos
– [usted está aquí] Centro de sanidad y escuela quilombola: la lucha cambia la vida
– Curuaúna: por un lado, soja. Del otro, más soja