Miembros de pueblos indígenas, comunidades de trabajadores extractivistas, pequeños agricultores, comunidades ribereñas y quilombolas, junto con activistas de movimientos y organizaciones sociales de Brasil y otros países lanzan una carta en un llamamiento a la sociedad brasileña y a los pueblos del mundo para defender los territorios del capitalismo y su nuevo ataque “verde”.
‘Nosotros, participantes del encuentro “Amazonia sitiada: entre violencia bruta y golpe ‘verde’ – Pueblos de la selva en defensa de la Madre Tierra y en contra de las invasiones del capital”, resolvemos continuar rompiendo el silencio que la pandemia nos impone.
Denunciamos que estamos sitiados/as entre la violencia directa, ejercida por madereros, hacendados y megaproyectos, y agravada por la política fascista y genocida del gobierno brasilero; y la violencia indirecta, pero no menos severa, del “capitalismo verde” con sus proyectos y programas REDD+, REM, PSA y sus “Soluciones basadas en la naturaleza”. Desde 1999, el “Gobierno de la Selva” transformó a Acre en una vitrina mundial de la “economía verde”. Sin embargo, su intervención en los territorios causó división y provocó un retroceso en nuestra lucha colectiva por la tierra y los derechos. A pesar de la gran cantidad de dinero, ningún territorio indígena fue demarcado. Por el contrario, la convivencia de la comunidad con el bosque fue restringida, poniendo en riesgo nuestra supervivencia física, cultural y espiritual. Mientras tanto, la extracción de madera, la ganadería y la deforestación avanzaron.
Frente a esta situación, vamos a fortalecer el proceso de reflexión y de resistencia contra las invasiones del capital con sus golpes “verdes” sobre la Amazonia. Nuestra esperanza está puesta en mantener nuestra presencia en los territorios. En lugar de aceptar “beneficios” y “oportunidades” inmediatos, que nos hacen rehenes de los intereses ocultos de los proyectos del “capitalismo verde”, tomaremos nuestras decisiones a largo plazo, pensando en las vidas de las generaciones venideras. Queremos fortalecer las alianzas con las comunidades urbanas, que también viven situaciones de expulsión y violencia y que, así como nosotros, quieren luchar por sus espacios y sus modos de vida. Apelamos a la sociedad civil de Brasil y del mundo entero, para que se solidaricen con nuestra lucha por la supervivencia, por el bosque amazónico y por la vida en la Tierra, y para que rechacen las falsas soluciones “verdes”.
Vamos a articularnos y a luchar juntos. La comunicación, la denuncia y la movilización son nuestras armas, ¡y la unión es nuestra fuerza!
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