Artículo: Capitalismo del desastre y caos climático en Rio Grande do Sul

 

Las aguas finalmente se retiran en Rio Grande do Sul y se profundiza la comercialización de las formas de reparación. Desde los primeros días de la tragedia, los gobiernos neoliberales de Rio Grande do Sul, incluidas las intendencias – especialmente la de Porto Alegre – han tratado de capitalizar soluciones empresariales innovadoras a través de proyectos de reconstrucción urbana. Es lo que los investigadores han denominado “capitalismo del desastre”.

En 2005, el huracán Katrina dejó la ciudad de Nueva Orleans, en Estados Unidos, sumergida en un 80%. El gobierno local de entonces decidió privatizar la gestión de la tragedia contratando a la empresa Alvarez & Marsal para reconstruir la ciudad. Los resultados fueron totalmente insatisfactorios; las comunidades señalan falta de diálogo con la empresa, nula defensa de los derechos de vivienda, retrasos, sobrefacturación y falta de transparencia, además de otras estrategias que implicaron despidos masivos, la privatización de servicios públicos y la superposición de intereses privados y comerciales sobre el interés público. A pesar de que esta información se encuentra fácilmente en las búsquedas de Internet, el intendente de Porto Alegre, Sebastião Melo, contrató la misma empresa para dirigir un plan de reconstrucción de la ciudad.

El gobernador del estado sigue su ejemplo. El 10 de junio, Eduardo Leite anunció una “Nueva Agenda Gaúcha de Desarrollo”, coordinada con el apoyo de la consultora internacional McKinsey. La empresa también participa en la estructuración de la nueva Agencia de Desarrollo que forma parte del proyecto. La consultora ya ha trabajado en varios países, reflejando la promoción de la ideología neoliberal de crecimiento económico, impregnada de responsabilidad social corporativa.

Lo que estas consultoras hacen en la práctica es operar como think tanks, es decir, son contratadas con dinero público para influir en la elaboración de las políticas públicas y la planificación estatal. Ha habido una tendencia de los gobiernos a desinvertir de las universidades públicas y de los institutos de investigación, que contribuyen al seguimiento y planificación de la investigación, y a subcontratar estas actividades de elaboración de políticas a consultorías privadas. De esta forma, parte de lo que constituye la base de los proyectos políticos de gobernabilidad democrática, como la planificación urbana y el desarrollo de planes de acción para una recuperación justa con participación y control social, son completamente entregados a empresas y controlados por sectores privados con intereses propios, incluso en los resultados políticos de las próximas elecciones municipales de este año.

 

Nada nuevo en la historia

Estas consultorías privadas moldean las respuestas públicas en función de sus estrategias de ocupación de territorios. Como se centran sobre todo en respuestas macroeconómicas, proponen proyectos que convierten las intendencias, los gobiernos estatales y la gestión de catástrofes en verdaderos negocios, distorsionando la lógica social del papel del Estado. En otras palabras, la crisis generada por fenómenos meteorológicos extremos, como los vividos en Rio Grande do Sul, se convierte en una ventana de oportunidad para que el capitalismo profundice su lógica neoliberal, transformando la obligación del Estado de garantizar los derechos humanos, ambientales, sociales e incluso civiles y políticos, y acabando por convertir al Estado en un apéndice del poder corporativo, dejando de ser un regulador.

Recientemente, en la tragedia anunciada en la cuenca del Río Doce, en Minas Gerais, en 2015, la Fundación Renova, constituida con el capital de las empresas responsables de la destrucción (las empresas Vale S.A y BHP Billiton) cumplió el papel de consultoría intermediaria. En los casi ocho años de funcionamiento de la Fundación Renova, las viviendas de las poblaciones afectadas aún no han sido reconstruidas satisfactoriamente, y el debate sobre las reparaciones continúa sin resolverse. Además de la Fundación Renova, muchas otras consultorías privadas han sido utilizadas por el Poder Judicial para elaborar informes y dictámenes que no comprenden la realidad social de las comunidades afectadas. De hecho, muchos de los costes de estas consultorías, sumados, son superiores al dinero realmente gastado por las empresas en reparar a las víctimas.

Tanto en el caso de Renova, en la gestión del desastre minero, como en el de Alvarez & Marsal en Nueva Orleans, abundan la literatura, los artículos y las noticias sobre la ineficacia del enfoque, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿por qué los gobiernos de RS insisten en hacer semejante opción política? La respuesta es la elección de profundizar el sistema capitalista neoliberal y crear mecanismos de lucro en medio del dolor y el sufrimiento de la gente. Se trata de una innovación del capital para aprovechar la crisis generada por sus propias consecuencias, como el caos climático y la destrucción del medio ambiente, y tener la capacidad de construir nuevos mecanismos de obtención de beneficios. De esta forma, lo que quiere la burguesía que comanda el estado de RS es mantener y aumentar sus ganancias, por eso invierte en sí misma y rescata al empresariado.

Los movimientos populares construyen soluciones solidarias

En medio del negacionismo del problema y de la falta de rendición de cuentas, los movimientos sociales del campo y de la ciudad han demostrado una vez más su unidad y su capacidad de proponer soluciones efectivamente populares para salir de la crisis con un enfoque de solidaridad de clase: los más afectados, los trabajadores, son los menos responsables del problema, pero sufren aún más el racismo ambiental frente a las políticas corporativas e higienistas en curso en Rio Grande do Sul. En la primera quincena de junio, el MTST (Movimiento de los Trabajadores y Trabajadoras Sin Techo) organizó la ocupación de Maria da Conceição Tavares (economista, profesora e intelectual con una vasta contribución crítica al desarrollo económico capitalista, fallecida recientemente), en un edificio público desocupado en el centro de Porto Alegre. La propuesta es construir una vivienda digna para unas 300 familias sin hogar.

Para Fernando Campos, del MTST, la ocupación del edificio representa una oportunidad para debatir dos cuestiones importantes para las ciudades: la función social de la ciudad y el reciclaje. Según él, “la ocupación aporta una solución inmediata de vivienda digna para las familias sin techo, caracterizada por una transformación real y permanente del edificio que lleva años sin uso en el centro de la ciudad. Esto se debe a que el edificio podrá servir, tras someterse a las adaptaciones necesarias, aprovechando la estructura física que ya ha demandado recursos humanos y naturales (dimensión de reciclaje), dando vida a los materiales utilizados y manteniendo el paisaje y la historia del centro de la ciudad.”

Mientras la intendencia de Porto Alegre propone construir ciudades de lona como refugios temporales para las familias afectadas, con el apoyo del sector industrial, el MTST construye un contrapunto de vivienda digna para las familias ocupando el centro de la ciudad. En la misma línea, el MLB (Movimiento de Lucha en Barrios, Villas y Favelas) ocupó un antiguo edificio de la FEPAM (Fundación Estatal de Protección del Medio Ambiente) y fue desalojado violentamente por la policía militar de Rio Grande do Sul a petición del gobernador Eduardo Leite. En resumen, se trata de proyectos políticos completamente diferentes en disputa por el ejercicio del derecho a la ciudad en la reconstrucción de Porto Alegre.

Ocupar lo público para dar dignidad al pueblo es lo que realmente pretende la constitución brasileña. Velar por el bienestar de su pueblo es la principal tarea de un gobernante. Muchos gobiernos actuales no tienen un proyecto político para transformar el país y mejorar la calidad de vida de su pueblo. Insisten en apostar a viejas formas con nuevos disfraces para continuar la dominación y explotación de la clase trabajadora; pero son las acciones unitarias y solidarias de los movimientos sociales organizados las que señalan caminos y propuestas que, en la acción y la lucha de cada día, van construyendo poder popular para reconstruir una nueva sociedad.

Artículo publicado originalmente en portugués en este enlace:  https://www.brasildefato.com.br/2024/06/24/o-capitalismo-de-desastre-e-o-caos-climatico-no-rio-grande-do-sul

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